La Semana Santa en Valencia está arraigada al sol, el mar y la playa. Durante esta temporada, que es el preludio del verano, se fusiona el ambiente religioso con las fiestas en una Semana Santa diferente a la que se puede encontrar en otros lugares de España.
Aunque con puntos en común con otras localidades de España, la Semana Santa Marinera de Valencia está arraigada a la tradición en los barrios más unidos al mar, como son el Cabanyal, Canyamelar y el Grau. Unos barrios que han sabido mantener su identidad con el paso de los años. Es allí dónde tradicionalmente las cofradías de pescadores se agrupaban en hermandades para desfilar en procesión.
Todavía con el eco de las Fallas en la memoria, Valencia se prepara en estos días para la Semana Santa de la que destacamos algunos aspectos como:
Sábado de Gloria.
A las doce de la noche del sábado es cuándo las campanas anuncian la Resurrección de Cristo. Este acto se celebra de una forma especial en Valencia, con lo que se denomina “la trencà dels perols”. Se trata de una tradición con una gran simbología pues representa el romper con el pasado y lo viejo y bendecir lo nuevo. Es por esto que el acto se escenifica con la rotura de pucheros de barro, vajillas o cazuelas viejas, llenas de agua.
Penitentes.
En los barrios marineros, hay casi medio centenar de cofradías y hermandades. Cada una de ellas está dedicada a una imagen relacionada con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Estas cofradías salen en procesión venerando las imágenes cubiertas con grandes capirotes, o bien desfilando como tropas de romanos o soldados cruzados, según la cofradía y su veneración.
Estos penitentes nada tienen que ver con el Ku Klux Klan, con los que los neófitos en ocasiones los comparan o incluso llegan a pensar que tiene algún tipo de conexión. Los capirotes, que es como se llaman los sombreros de forma cónica, tienen su origen en el siglo XV. En aquella época, la Santa Inquisición colocaba estos sombreros a las personas que habían sido condenadas por el Santo Tribunal. Junto a estos capirotes también se les colocaba un sambenito, es decir, un escapulario, para distinguir a los condenados.
Tan importante y arraigada está esta tradición en el pueblo español, que tenemos una expresión relacionada con el sambenito, como es “colgarle el sambenito a otro”. Aquí, como podemos deducir, lo que estamos expresando es que la culpa no es nuestra, sino de otra persona. Una expresión muy similar a “echarle el muerto a otro” aunque esta tiene un origen diferente.
Volviendo a los capirotes, los originales usados por la inquisición tenían dibujos haciendo alusión al delito cometido o al castigo impuesto. No fue hasta el siglo XVII cuándo las hermandades decidieron adoptar dicha indumentaria para los nazarenos. En este caso, el significado original se desvirtúa y se renueva con la intencionalidad de acercar al penitente al cielo. De este modo, la tela que cae sobre la cara y pecho, denominada capuz, sirve para guardar la identidad del penitente.
Finalmente, el color del capirote está relacionado con cada hermandad y adquiere un simbolismo diferente según la vinculación con la pureza, luto o pasión, en colores blanco, negro o rojo respectivamente.
Nazarenos, Penitentes y Cofrades.
Aunque el rol de estos tres participantes de las cofradías se entre mezclan y al final unos y otros comparten su pasión, hay que destacar algunas diferencias. De manera general, todos somos nazarenos, es decir, aquellos que sufren las injusticias y que abrazan el camino de la Fe en Jesús. Entendemos así, que Jesús fue el primero de los nazarenos condenados a morir.
Por su parte, los penitentes son aquellos que tienen algo que perdonar al no respetar alguno de los mandamientos. Estos penitentes son los que caminan normalmente en las procesiones con los cucuruchos en la cabeza y las caras tapadas.
Finalmente, los cofrades, son aquellas personas, nazarenas, que están adscritas a una cofradía y que muestran su devoción y sacrificio ayudando a la cofradía.
Vocabulario de la Semana Santa.
Para entender y valorar cada aspecto de la Semana Santa, es interesante tener en cuenta algunas palabras que forman parte de esta semana tan especial para los católicos.
Acólito: son aquellos monaguillos encargados de llevar los inciensos y los cirios en las procesiones.
Cíngulo: Es el nombre que recibe el cordón que se ciñe al hábito de los penitentes y nazarenos.
Cirio: Se trata de la vela de cera de gran tamaño que portan en la procesión.
Costaleros: Son los porteadores de las imágenes.
Cortejo: Se trata de la penitencia que realiza en procesión la hermandad.
Estandarte: Es la insignia con forma de cruz cuyo remate también es una cruz y que lleva bordados los emblemas de la cofradía.
Hermandad: Se trata de una asociación de creyentes y devotos de una imagen.
Incensario: Es un brasero pequeño en el que se quema el incienso y que es usado por algunas hermandades en las procesiones.
Dulces de Semana Santa.
Como toda fiesta que se precie en cualquier rincón de España, siempre va asociada a algún tipo de comida, normalmente dulce. En Valencia hay dos dulces típicos que se suelen comer el lunes de pascua y son:
El Panquemado: Se trata de un dulce con el interior blanco y esponjoso como si fuera un bizcocho y un exterior muy tostado. Ese aspecto oscuro exterior es el que le da el nombre de pan quemado. Si quieres disfrutar de este afamado dulce, no dudes en acercarte a alguna de las panaderías de la ciudad y tomarlo con un buen chocolate a la taza.
La Mona de Pascua: Este es sin lugar a dudas el dulce más típico de estas fechas. Tiene los mismos ingredientes que el panquemado, pero con diferentes formas según el maestro panadero y en cuyo centro suele incluir un huevo cocido. Aunque para los más pequeños este huevo cocido se suele sustituir por uno de chocolate y las formas de las monas evocan animales.
Si tienes curiosidad en ver cómo se desarrollan las procesiones de la Semana Santa Marinera de Valencia, te dejamos un enlace con las diferentes horas en las que las cofradías realizarán su procesión.