Expresiones españolas con «coger».
En el post de hoy, hablamos de expresiones españolas con “coger”. Si queréis dominar el idioma como si fuerais unos nativos, os animamos a aprender muchas frases hechas y expresiones idiomáticas.
En el blog de nuestra escuela de español, El Rincón del Tándem, encontráis varios artículos dedicados a estas expresiones. Después de nuestro post sobre expresiones con “ser”, os proponemos explorar las frases hechas más frecuentes con el verbo “coger”.
¡Vamos allá!
Coger por/de sorpresa.
Cuando no esperas algo es que “te ha cogido por sorpresa”. “Coger por/de sorpresa” se usa en español para indicar que algo pasa de forma inesperada y, por lo tanto, nos pilla desprevenidos.
Esta expresión puede tener un sentido tanto positivo como negativo, según las circunstancias.
– Tus felicitaciones me cogieron por sorpresa. ¡Gracias por acordarte de mi cumpleaños!
– La llegada de Fabián me cogió por sorpresa. No le esperaba hasta pasado el verano.
– La nevada nos cogió de sorpresa. Por suerte había un pequeño albergue donde quedarnos aquella noche.
¿Hay algo que te haya cogido de sorpresa últimamente? Si así fuera, esperamos que haya sido algo muy bonito…
Coger un cabreo.
Es lo mismo que “cabrearse” o enfadarse seriamente. Seguro que alguna vez os habéis cogido un cabreo. Por ejemplo, si os ha tocado vivir alguna de las situaciones reflejadas en los ejemplos de aquí abajo:
– Anoche los vecinos pusieron la música muy alta y me desperté de sobresalto. Cogí un cabreo..
– Luisa cogió un cabreo porque no le sonó el despertador y perdió el tren.
– Al sacar la tarta del horno se me cayó entera al suelo. ¡Cogí un cabreo!
La expresión “coger un cabreo”, “cabrearse” o “estar cabreado”, más que con las cabras, tiene a que ver con una tasa que, en la edad media, los campesinos estaban obligados a pagar por el uso de las tierras reales o pertenecientes a la nobleza.
El censo de estas tierras se llamaba, por lo tanto, “cabreo” o “cabrevación”. Aquí podéis leer en detalle el origen de esta expresión idiomática.
Coger con pinzas.
Esta expresión se usa principalmente cuando se duda de la veracidad de algo. Por ejemplo, tendremos que “coger con pinzas” las noticias de una fuente de información poco fiable o la información que nos viene de alguien que suele “hablar por hablar”, hacer especulaciones sin fundamentos o cotillear sobre los demás.
– Pablo siempre cuenta las cosas a su manera, así que te sugiero coger con pinza todo lo que dice.
– He oído por ahí que Lucía y Pedro se casan, pero, ¡cógelo con pinzas! Todavía no he recibido ninguna invitación oficial.
Además, en la misma expresión podemos usar el verbo «tomar» en lugar de «coger». El significado es exactamente el mismo.
Coger el toro por los cuernos.
Si hay algo que nos preocupa mucho, y las dudas o los miedos no nos dejan actuar, ¡no nos queda que “coger el toro por los cuernos”!
Usamos esta expresión para referirnos a la acción de enfrentarse a una situación difícil o un problema complejo, con valentía y sin incertidumbre.
Hay situaciones que nos exige templanza y otras en la que es necesario “coger el toro por los cuernos”. ¿No creéis?
Vamos a ver algún ejemplo para entenderlo mejor:
– A Juan le daba mucho miedo nadar, pero un día cogió el toro por los cuernos y se tiró a la piscina.
– María se sintió muy ofendida por el gesto de Pilar, pero no se atrevía a decírselo. Así que ayer cogió el toro por los cuernos y la llamó por teléfono.
Pensad en la última vez en que habéis cogido el toro por los cuernos. ¿A que os sentó bien?
Cogerle el truco (a alguien o algo).
Cuando has aprendido cómo funciona algo y por lo tanto puedes manejarlo de manera exitosa, es que “le has cogido el truco”.
¿Os recordáis, de pequeños, lo difícil que nos parecía aprender a ir en bicicleta? Al comienzo, era todo un juego de equilibrios imposibles hasta que un día le cogimos el truco y de repente fue como si supiéramos pedalear desde siempre.
Aunque es menos frecuente, podemos usar esta expresión refiriéndonos a personas. Cuando “le cogemos el truco a alguien” es que hemos aprendido a lidiar e interactuar de forma adecuada con esa persona.
– Antes era un desastre en la cocina, pero ahora le he cogido el truco y las comidas me salen ricas.
– El grifo del baño gotea un poco, pero ya le cogí el truco y ahora puedo cerrarlo del todo.
– Al principio Daniel parecía muy tímido, pero le cogí el truco y ahora habla por los codos.
A veces, cuando le coges el truco a algo, puede que acabes cogiéndole el gusto también…
Coger el gusto.
Se dice que los gustos suelen cambiar con la edad. ¿Os ha pasado que os gustan cosas que en el pasado no os gustaban?
En este caso, es que le habéis cogido el gusto a lo que antes no os hacía mucha gracia.
También puede que esto pase porque hemos alcanzado un mayor entendimiento de algo, y, por lo tanto, somos capaces de apreciarlo más.
Veamos algunas situaciones en las que es adecuado usar esta expresión:
– De pequeña odiaba las lentejas, pero con el tiempo le he cogido el gusto y son mi plato favorito.
– A Paula nunca le ha gustado hacer deporte, pero, desde hace unos meses, le ha cogido el gusto al pádel.
– Siempre he pensado que no me gustaba el arte, pero acabo de iniciarme en la pintura y le he cogido el gusto.
Y vosotros, ¿a qué le habéis cogido el gusto?
Coger una borrachera.
Es lo mismo que “emborracharse”.
– Anoche cogí una borrachera y ahora me estalla la cabeza.
– El agua de Valencia es tan dulce que puedes coger una buena borrachera sin darte cuenta.
En el lenguaje juvenil, hay muchas otras expresiones con el mismo significado. Entre ellas: coger un pedal, coger una cogorza, llevar una merluza, estar moña, estar pedo, etc.
El listado puede ser infinito, así que os sugerimos preguntar a vuestros amigos hispanohablantes si conocen más.
Coger (a alguien) con las manos en las masas.
Se dice cuando se descubre a alguien cumpliendo un acto delictivo o reprobable.
Es decir, cuando se descubre a una persona infraganti, en el momento de estar realizando la acción.
También se usa con un sentido menos serio, cuando alguien, por ejemplo, un niño, está haciendo una travesura.
Por último, es frecuente encontrar la misma expresión con el verbo “agarrar” en lugar de “coger” (agarrar a alguien con las manos en las masas).
– Anoche entraron en una tienda a robar y los cogieron con las manos en la masa.
– Lucía estaba a punto de esconder el jarrón roto, cuando su madre la cogió con las manos en la masa.
Coger cariño.
Acabamos nuestro pequeño listado de expresiones idiomáticas, con la más dulce de todas. Y sin duda, la más universal.
«Coger cariño» es empezar a sentir afecto hacia alguien o algo. Le podemos coger cariño a una persona que conocemos desde hace poco, pero con la que tenemos cierta conexión o a un animal que acabamos adoptando, sin que fuera nuestra intención inicial.
Incluso le podemos coger cariño a un objeto, del cual ya no queremos desprendernos…
– Quería llevar el gato a la protectora de animales, pero le cogí mucho cariño y acabé quedándomelo yo.
– Este sillón es bastante viejo y no pega con el resto de los muebles, pero mi hermana le ha cogido cariño y no quiere tirarlo.
– La familia anfitriona que me alojó en Berlín era muy amable; les cogí mucho cariño a todos.
Aquí se acaba nuestro recorrido por las expresiones con “coger” más comunes. Esperamos que os ayude a adquirir más fluidez y a lucir vuestro español con vuestras amistades de aquí.
Por último, si os hace ilusión aprender español, pero nunca habéis estudiado un idioma, ¡coged el toro por los cuernos y apuntaros a uno de nuestros cursos!
Seguro que después de la primera clase, le cogeréis el gusto 🙂